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viernes, 13 de marzo de 2009

Jóvenes XXX en el Palacio de Minería

NDA: me siento vieja.


En su edición XXX la Feria Internacional del Libro en el Palacio de Minería se llevó a cabo del 18 de febrero al 1 de marzo. La entrada costó quince pesos al público general y para estudiantes diez pesos (suertudotes...). Y en vista de tal ofertón, me dediqué a obsvervar a los alumnos que ingresaban.

Como de costumbre, destacaron las grandes editoriales como Anagrama, Esfinge, Amorrortu, Siglo XXI, Fondo de Cultura Económica, Editorial UNAM, Taurus, Plaza y Valdez, Alfaguara, entre otras. En las secciones en las que fue dividido el recinto, se encontraba literatura de todas las épocas, de todos los temas habidos y por haber.

Encontré una obra especialmente solicitada por la chaviza: Pregúntale a Alicia. La historia de una chica atrapada en el mundo de las drogas. Sé básicamente NADA de este libro, pero al menos el título suena intensote. Espero que no sólo el nombre apantalle.... como.... 'Rebelde'. Acá encontré algo.



En mis tiempos, la sensación eran Harry Potter, El Señor de los anillos y "los más acá" ya estaban en Asimov o Bram Stoker. Claro... los perdidos con Cañitas que, me parece, ya no tuvieron remedio.

Conforme caminaba me percaté de que los chamacos le "hicieron su agosto" a la gente de Unicef, que aunque digna la causa, de libros vendían lo que un puesto de garnachas. Por tanto se veían a los imberbes con sus ositos, libretas y demás.

Por lo menos estos colaboraban con algo más noble que sus compañeros instalados en las cafetería.

No sé qué opinen... pero hay un momento en que el dichoso debate de la lectura juvenil pierde sentido porque a nadie le parece lo que leen (como a mí). Yo prefiero confiar en que los de UNICEF, Crespúsculo y Alicia encontrarán "el camino del bien". Los de la Coca Cola en la "cafe", bueno... mm... no todos se pueden salvar, es supervivencia elemental. Y no lo digo yo, pregúntenle a Darwin.

Otra cosa a destacar es que sólo había una escuela, al menos de forma oficial, visitando la Feria. Por si acaso, pregunté a organizadores si era cuestión de logística y respondieron que no, que como en las fiestas "entre más mejor".

Entrometiéndome en más compras ajenas, el testimonio de estudiante que visitaban la feria con su secundaria, reflejó el espíritu de los (escasos) jóvenes lectores que se inclinan por los llamados best sellers. Al pagar en caja, entre el agobio y la satisfacción, una adolescente desembolsó quinientos pesos: "Compré los de Crespúsculo", y en su bolsa mostró dos títulos de dicha saga.

Por un monto mucho menor, la colección Punto de Lectura, le ofrecía a esta novata lectora títulos como:

Modelo para armar de Julio Cortazar: $68

La muerte de Artemio Cruz de Carlos Fuentes: $93

Noches Blancas de Fiodor Mijalovich Dostoievski: (por sólo) $38

Frankenstein de Mary Shelley: $42

Total: $241

Aunque últimadamente, cada quien sabe lo que hace con su dinero. Sólo digo que por la mitad, tuvo la oportunidad empezar una biblioteca algo más completa. Sin embargo me llena de remordimiento esta puberta pase de Crespúsculo a ¿Por qué los hombres aman a las cabronas? y yo no hice nada para remediarlo.

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